La lechuza (hoy Lechuza vizcachera)
I
Bajo la luna brillante
es, al pasar silenciosa,
una mancha luminosa
que no inquieta al ignorante;
pero si chista, al instante,
por superstici�n antigua,
con una impresi�n ambigua
entre el temor y el misterio,
pensando en el cementerio
tembloroso se santigua...
II
Grueso sayo gris jaspeado,
ojos-linterna los ojos,
bien calados los anteojos
y el pico corto y curvado.
Al poste del alambrado
cual perilla lo completa
y, desde ah�, muda, quieta,
hasta de espaldas nos mira,
porque su cabeza gira
lo mismo que una veleta.
Si alguien se acerca, mantiene
siempre fija en �l la vista;
luego, prudente, lo chista
para ver si lo detiene;
mas si eso no lo contiene,
ella, que nunca se altera,
entre burlona y severa
soltando una carcajada,
sobre la l�nea alambrada
salva unos postes y espera.
III
Se�ora Do�a Lechuza:
por una falsa leyenda
�que es injusticia tremenda-
de agorera se la acusa.
Por su cara de lechuza
se le achaca brujer�a;
mas yo, en justicia, dir�a
que no hay tales maleficios
y, en cambio, qu� beneficios
presta usted, se�ora m�a.
Libra el campo en donde mora
de v�boras, lagartijas,
de todas las sabandijas
y toda plaga roedora.
A sus hijos los adora
cual pocas madres, de suerte
que desaf�a la muerte
por defender sus pichones,
admirables condiciones
que la ignorancia no advierte.
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